La gloria eterna. Eso espera a cada persona que consiga completar los “six majors”. Si finalizar cualquier maratón del orbe es una proeza, conseguir la inscripción, viajar, correr y terminar las 6 maratones más importantes del mundo lo eleva a un nivel desmedido, colosal, gigantesco. Un sueño de vida, un legado.

Pero como cada historia, esta también tiene un comienzo y nos tenemos que retroceder solo unos pocos años, al 2006, cuando se constituye la World Marathon Majors, siendo Berlín, Chicago, New York, Londres y Boston, las carreras fundacionales que componían dicha organización (en el 2013 se incorporaría Tokio) 

El plan era sencillo, si cada prueba por separado ya tenían una credibilidad infinita, juntas serían imparables, como los súper héroes de Marvel, de repente cualquier corredor que hubiera corrido Boston, Chicago o New York iba a hacer un esfuerzo por competir también en Berlín, Londres y Tokio, o muchos europeos que habían finalizado Berlín o Londres se dejarían sus ahorros en viajar a EE.UU para completar el reto y alcanzar esa gloria. 

Era un win-win para todos, para los organizadores, para los países que acogían a miles de deportistas dispuestos a gastarse el dinero en sus tiendas y restaurantes, para los patrocinadores y para los corredores populares que encontraban un reto hercúleo para satisfacer sus aspiraciones más épicas. 

Pero nadie dijo que fuera fácil, antes, muchos antes siquiera de ponerse en la línea de salida de cualquiera de estas carrera, la dificultad se abrirá paso de una manera casi cruel. Para poder conseguir un dorsal deberás de tener mucha suerte en forma de sorteo o ser muy famoso y tener mucho dinero, o ser un atleta de élite o correr para una ONG, y no una cualquiera, tendrás que llevar muchos euros a esa ONG para ser “digno” de ella… y/o correr mucho para pasar el corte, como por ejemplo en Boston. La masificación de personas dispuestas a completar el reto obligó a los organizadores a poner esos filtros, llenando sus bolsillos mientras tanto, claro. 

Pero quiénes son esas carreras, y porqué son ellas y no otras las que componen estos “Grand Slam” del running, sepamos un poco de los encantos que hace de cada una por separado algo muy especial:

La Maratón de Boston 

Fecha: Mediados de Abril
Corredores: 30.000
Requisitos: Marca mínima

La decana de las maratones, celebrándose desde el año 1897. Una prueba de recorrido llevadero en su gran mayoría pero con el mítico “Heart Break Hill” a final de la carrera que sirve de filtro para muchos corredores que abandonan ante esa dificultad orográfica. 

En Boston se han vivido imágenes que ya son historia del atletismo, como el intento de expulsión del organizador a Kathrine Switzer cuando intentaba ser la primera mujer en terminar la prueba oficialmente inscrita, el escándalo de Rosie Ortiz, que tras ganar la prueba femenina se demostró que se había saltado buena parte del camino, “recorriéndolo” en metro hasta faltar poco menos de 2km para la línea de meta, o el tristemente recordado atentado terrorista del 2013, que provocó 3 muertes y más de 200 heridos.

Si quieres correr en Boston, la meca del running, tendrás que correr mucho, tanto como esto:

La Maratón de New York

Fecha: Primera semana de Noviembre
Corredores: 50.000
Requisitos: Marca mínima o sorteo.

Celebrada desde 1970, no hace falta presentación, la que cuenta con mayor número de participantes, la premiada con el Premio Príncipe de Asturias en el 2014, la del Puente de Verrazano, la de Brooklyn, la de Queens, la de Manhattan, la del Bronx, la del Central Park…

Como decía Alicia Keys en su canción…

New York, jungla de cemento, donde los sueños se cumplen.
No hay nada que no puedas hacer cuando estás en New York
Sus calles te harán sentir especial, las luces te inspiran…
Esto es New York.

La maratón de Berlín

Fecha: Mediados de Septiembre
Corredores: 40.000
Requisitos: Marca mínima o sorteo.

Celebrada desde 1974, es la carrera ideal para buscar una mejor marca personal, lugar donde un tal Eliud Kipchoge ha ganado 3 veces y donde hizo el recórd mundial de la prueba con 2 horas 1 minuto y 9 segundos. Si Boston es la Meca, Berlín es el templo de la velocidad, maratoniana, claro. 

La maratón de Londres

Fecha: Tercera semana de Abril
Corredores: 40.000
Requisitos: Sorteo

Celebrada desde 1981, normalmente en fechas muy próximas a la de Boston, a finales de Abril. Conocida por ser la prueba que más dinero recauda para fines caritativos, siendo el récord en el año 2006, cuando se consiguió un total de 315 millones de libras. El recorrido es llevadero y realmente bonito pasando por todos los monumentos de la capital inglesa.

La Maratón de Chicago

Fecha: Primera semana de octubre.
Corredores: 45.000
Requisitos: Marca mínima o sorteo

Celebrada anualmente desde 1977, es una de las más veloces de todas, no en vano fue en la Ciudad del Viento, donde la mítica Paula Radcliffe batió en su día el récord de la maratón femenina en 2009. Esta prueba se celebra siempre el fin de semana de Colón, es decir, el domingo antes del segundo lunes de octubre.

La Maratón de Tokyo

Fecha: Finales de Febrero
Corredores: 35.000
Requisitos: Marca mínima o sorteo

La más joven de todos los Majors, celebrada anualmente desde el 2007, es también la que abre el calendario de las grandes maratones.

Desde hace uno años la empresa farmacéutica estadounidense Abbott, es el gran patrocinador de dicha organización, y ha creado un registro oficial donde a todos los corredores que van completando el reto se les entregará un diploma y una preciosa medalla conmemorativa, con la unión de las 6 medallas de los seis majors. El cáliz de fuego, el Santo Grial.

Autor Artículo: Sergi González Guinea – corredor VG Running.

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